Todos los seres humanos nos convertimos en pacientes durante
determinado momento de nuestra vida , y por mas de que no deseemos que esto
ocurra el cuerpo es un organismo biológico que como tal presenta unas falencias
, las cuales se aspira solucionar o mitigar con la visita al doctor, este es un
momento en el cual el paciente se despeja en gran medida de su identidad , pues
pierde principios fundamentales que lo forman como persona , como son su estado
anímico normal, su personalidad , definitivamente la alegría , ya nadie que se encuentre
con todas sus capacidades racionales le gusta enfermarse , es así como
determinados patrones de conducta y comportamiento pueden afectar tanto
positiva como negativamente el proceso enfermedad-salud de una persona.
Lo cierto es que la relación entre el paciente y el medico
tiene una gran influencia sobre la enfermedad,
la adherencia al tratamiento y una
posible recuperación de la salud, lo que
directamente me habla de la satisfacción del “servicio” tal cual lo
plantean las EPS en el país, que no ven mas que un negocio rentable en la
medicina. En términos morales me interesa denotar como dicha relación puede
engrandecer vínculos personales, que más que una relación vertical se convierte
en una plática entre dos iguales, entre dos seres humanos que tienen virtudes y
falencias, que no todo se lo saben y que no son el non plus ultra. Una relación
en donde el medico nos preste atención y la ayuda que necesitamos los pacientes,
sin convertirnos en un objeto, fase típica de la deshumanización que ha venido sufriendo
la practica medica. Un vinculo positivo en donde no se puede perder el
horizonte ni desenfocarse de la realidad; un medico nunca va a ser un dios ,
nunca se las va a saber todas y por mas de que así lo desee en medio de su
carrera exitosa o no , no siempre va a
encontrar una solución a cierta enfermedad , no siempre se halla la cura , por tanto siendo consecuentes con este
pensamiento y el siglo en el que vivimos , no es lógico que aun continúen existiendo
sujetos que crean que por ejercer la medicina son los únicos doctores dueños
del destino de los demás. Este es un primer paso básico que se requiere para
comenzar a hablar en términos de iguales, el siguiente y mas duro es hacer que
el paciente en condición de tal no se olvide de su quehacer, de su identidad,
de lo que es como sujeto. Se perfectamente que al enfermar perdemos muchas
veces la noción de lo que somos y lo que queremos, nos gusta que nos mimen y
despertar compasión en las demás personas, nosotros mismos nos damos el látigo
de la victima y no falta quien disfrute de generar esa reacción en los demás,
sin embargo, eso debe ser algo transitorio y si deseamos formar una relación entre
iguales ese pensamiento de lastima y lleno de eufemismos no posibilita llegar a
ningún lugar. Quien se enferma es un sujeto y como tal debe comenzar por
respetarse a si mismo para que los demás noten su carácter incluso en momentos difíciles
y empiecen a respetarlo y tratarlo dignamente , no digo que no se pueda afligir
y llorar en un momento difícil , obviamente al ser humanos somos mucho mas que
un bulto biológico de órganos, nuestra esencia se podría definir como un
conjunto increíble de sentimientos y emociones que funcionan a base de un radar
con sensores , los cuales se activan o inactivan en determinado momento , y principalmente
en la enfermedad se activa una corriente grande de emociones acumuladas, lo que
se puede demostrar en un estado de depresión
profunda, en donde cada día la persona
va perdiendo la ilusión de recuperarse, las ganas de vivir y la alegría en su
existencia. Sin embargo no hay que ser tan extremistas y hablar de enfermedades
terminales o neurodegenerativas , para ver el impacto tanto positivo como
negativo que ejerce la comunicación entre
el medico y el paciente, seguramente usted lector , así como yo , nos hemos contagiado de gripa
, y aunque posiblemente sepamos que la solución es tomar un acetaminofén , o un dolex , podemos pasar 2 semanas enteras sin
sentir que esas pastillas surjan efecto
, solo por el único hecho de que el medico que nos trato nos menosprecio por
considerar a esta una patología muy nimia para acceder al sistema de salud , o
porque posiblemente el trato que nos dio no era el indicado , a cuantos no les
ha pasado que van donde el medico y ni siquiera reciben un cordial saludo , más
que la solicitud que expresa el medico de conocer el motivo de consulta, el
hecho de no ofrecer una mirada al que te
habla , nos aleja del objetivo de la medicina , el cual debe tratar el
sufrimiento tal cual lo perciben los pacientes , pero si no se le trata como un
igual y realizando una comunicación asertiva
en el momento de la consulta no
lograremos ser auténticos oyentes y comprensivos , mas no compasivos , ya que
este es un sentimiento que entorpece las relaciones , que me habla más de ese
sentimiento de alivio que se genera en nuestro interior cuando vemos a alguien
que nos da lastima , una posición que no envidiamos y que agradecemos al de
arriba por no tener que pasar por eso en nuestra vida , en este caso por una
enfermedad. Por tanto lo que percibe el paciente es un punto clave para la consecución
de una correcta adherencia al tratamiento , si es que lo hay , o para una correcta
disposición al enfrentar situaciones difíciles como la muerte , en donde medicamente ni en
ninguna rama del saber el hombre puede intervenir , y es ahí donde radica la
importancia de reconocer al otro como un heterogéneo , pues todos vamos a morir
, la diferencia es como ,cuando y de que
manera asumimos esa muerte que cada día se ve mas próxima.
Es cierto que la mayoría de los médicos y pacientes no
desean relaciones frías o estériles, sin
embargo no siempre el medico mas meloso, o el que mas se relaciona
sentimentalmente con sus pacientes es el mejor medico, pues no es cuestión de relacionarse mas, sino de
cómo se establece dicha relación, de establecer medidas de comunicación efectivas
que permitan observar resultados positivos en el momento del cuidado del
paciente enfermo, tratándolo como un igual, no poniéndose en el lugar del otro
para alimentar las ansias amarillistas de la compasión , sino más bien para
respetar a la persona y velar por tomar las mejores decisiones , el correcto tratamiento , basado en una
correcta praxis medica que me asegure como mínimo la estabilidad emocional del
paciente y el obtener al final del proceso un muchas gracias doctor.